Ser un pintado con ansias de poder y no mandar en el Valencia

Hay que saber muy bien cuál es tu función, no extra limitarte ni engañarte, porque las consecuencias para el club acaban siendo un desastre

Toni Hernández | 13 OCT. 2020 | 07:00
Mestalla

Ser un pintado en el mundo del fútbol, como en la vida, es un oficio complicado. Primero tienes que ser consciente que lo eres, asumir tu papel y tu posición, y no pensarte lo que realmente no eres, porque entonces estás condenado al desastre. La palabra pintado es fea, muy fea, porque no tiene ni un sólo matiz que no sea negativo, pero en ocasiones, y salvando los matices, que haya alguien que tenga esa misión es básico. Pero repito, teniendo claro que no mandas, que en definitiva no eres nadie y que tú no tomas decisiones.

Debes ser inteligente y diligente para comunicarlas, nada más. Y nada menos, que tampoco es una labor sencilla. Anil Murthy es el presidente del Valencia, que al final depende de las órdenes que le da Peter Lim desde Singapur. Es el pintado con cargo, y con sueldo, y debería ser inteligente. Y ahora lo de pintado lo digo sin mala intención, porque es posible que yo mismo lo haya sido en más de una ocasión.

Pero insisto, hay que saberlo hacer, hay que tener muy claro lo que eres, y sobre todo, lo que no eres. Porque si pretendes mandar lo que ni por asomo llegas, al final tardará más o menos, pero se destapará, y flotará, como eso que huele tan mal y que tiene un nombre tan feo. Es posible que sea muy tarde, pero como decía mi padre, más vale perder que más perder. Es decir, por favor, no metamos más veces la pata. No nos lo podemos permitir.