Los ajustes de cuentas en el Valencia: lamentable

Decir estas cosas tengo claro lo que puede provocar y a quién, pero aquí nadie tiene la razón absoluta y su palabra es dogma de fe

Toni Hernández | 11 OCT. 2020 | 07:00
Peter Lim

Valencia, la Valencia del Valencia, al menos en algunos sectores, se empieza a parecer peligrosamente al salvaje oeste. Tengo claro que alguno se va a enfadar, y me parece bien, pero si todos somos libres de decir lo que pensamos, ese "todos" también me imcluye a mí. Que no tengo ni la menor idea de qué quiere hacer Peter Lim, y que los últimos son un disparate desconcertante, es tan cierto como que algunos de los que más gritan ahora estaban callados como piedras cuando las vacas no eran flacas. Supongo que ahí "ya lo sabían", pero en silencio.

Aquí hemos hecho bandos entre los que reciben el cartel de pro Meriton (también llamados lamechinos, apesebrados, que usan rodilleras o colaboracionistas), y los que van contra Meriton. Porque todo aquel que no ha dicho que Lim no era el demonio por todo lo que hacía, cuando realmente no lo era (y quiero que alguien explique qué demonios están haciendo y la razón), está a sueldo o es imbécil. Lo de pensar de forma libre no se contempla, o que los pagados por otros sean ellos, tampoco. Bandos, guerras y venganzas, los clásicos de estos lares en momentos como este.

Si se es ecuánime y normal, lo que está bien hecho se dice, y lo que está mal hecho, también. Porque cuando el Valencia gastó 300 millones de euros en fichajes según el criterio de Mateu y Marcelino (que bien gastados estuvieron), el silencio era atronador. Y después, cuando Lim ha hecho lo que narices esté haciendo, es que ya lo sabían y "se veía venir". Y los ajustes de cuentas y los señalamientos. Me da igual porque no pienso caer en ninguna tentanción guerrera, pero que no se le olvide a nadie que el importante es el Valencia.