El concepto de blanquear a Meriton en el Valencia

El concepto de blanquear a Meriton, a Peter Lim en definitiva, es una cuestión que se ha puesto tan de moda como insultar de un modo miserable a todo aquel que no hace lo propio con el máximo accionista. Del proceso de venta no hemos aprendido un carajo, porque en ese tiempo, se señaló, se acusó, se armaron bandos de “contigo o contra mí”, y ahora parece que si no vas con un lanzallamas por la calle abrasando todo lo que huela a Meriton, eres un vendido, un blanqueador, un lamechinos, llevas rodilleras, estás a sueldo, y un sinfín de majaderías.

A los que las sueltan, y no hablo de aficionados (repito de nuevo, ellos pueden decir lo que les dé la gana), se les debería caer la cara de vergüenza. Cuando tiras de ese argumento como arma arrojadiza generas guerra, y eso no se debe permitir jamás. No entiendo qué está haciendo Meriton. No lo entiendo desde hace un año, y lo de los últimos meses me tiene mucho más descolocado.

Y sigo queriendo pensar que se deba a algo, que no es un capricho, que no se trata de que Lim se pase esto por el forro de los caprichos. No enviaría a un familiar a quemar esta hoguera. Por simplemente pensar esto ya soy un blanqueador, por no decir que si no eres enemigo de Meriton lo eres del Valencia. Y a un servidor, camino de los 47 tacos, no hace falta que ningún guardián de la moral venga a decirle cómo tiene que pensar. Aunque igual, a alguno que pregona tanto, le encanta que le manden. Nadie lo hace todo mal ni todo bien, incluso Meriton, no lo olvidemos.