El Valencia que necesita el valencianismo

El Valencia que necesita el valencianismo. Es algo a lo que hace años que le doy vueltas. Y cada vez que hay una situación extrema, y de esas hemos tenido muchas en lo que llevamos de Siglo XXI para no irnos más atrás, siempre me retorna el fantasma. Están siendo días de hablar con muchos compañeros de profesión, viejos periodistas que llevamos más de media vida en esto, que hablamos de cómo poder ayudar más que de cómo contar las cosas.

Porque tenemos claro que la existencia de un Valencia fuerte y sano es más importante que batallas personales o que encabronar al entorno, que ya de por sí está tenso por cómo ha ido el último curso en todos los aspectos. Todos le tenemos pánico a septiembre, por muchas cosas, pero a nadie le gusta estar siempre amargado por cosas que se supone que deben ser tu distracción. El Valencia que quiere el valencianismo es, básicamente, uno que no genere malestar, que no esté envuelto en follones.

Voy a recordar, y espero que no se enfade, una conversación que tuve con mi amigo Damià Vidagany hace unos años, en su despacho del club, casi de noche, cuando fuimos los últimos en irnos, como le solía pasar cuando estaba allí. “Toni, la gente quiere que su equipo gane, que no le haga sentir vergüenza y que le dé motivos para estar orgullosa. Lo demás son guerras de las que nos enteramos cuatro, que además siempre somos los mismos”. No pedimos tanto, no necesitamos tanto, y esos mínimos, los tenemos que dar todos, empezando por Meriton, por supuesto, y siguiendo luego por todos los demás, esos que conformamos el entorno.