Que el Valencia gane partidos, ¿le importa a alguien?

Me pregunto, no sin cierta tristeza, si a alguien de verdad le importa que el Valencia gane partidos, que se haga un buen equipo, que en definitiva sea competitivo, y que hablemos un poco de fútbol, que se supone que es lo que a todos nos gusta y lo que nos une y reúne en torno a esta institución centenaria. Hace años que el fútbol es mucho más que el partido del fin de semana, o entre semana, y que quizá por eso, y por no hablar sólo del juego, ha tomado la relevancia que tiene, pero eso también le genera unas esclavitudes que son muy molestas.

Quizá ese esa el odio real al fútbol moderno, más allá que ahora se financie con el dinero de las televisiones y que se tenga que gestionar como una empresa. Todo ello para evitar las burradas del pasado no tan lejano, no lo olvidemos, que parece que esto era todo un ejemplo de funcionamiento inmaculado en todos los sentidos. Y vuelvo a mi pregunta: ¿a alguien le importa que el Valencia, en este caso el de Javi Gracia, gane partidos, se vaya haciendo un equipo sólido, y que cada vez que salga a un campo nos haga sentir orgullosos?

Porque pienso que eso está pasando, ya no a un segundo plano, sino a uno mucho más lejano que todo eso. Porque encima usamos los partidos para reivindicar nuestros enfados, que está bien, que es licito, pero que vuelve a sacar de la ecuación al fútbol, que entiendo que debe ser lo más importante. O al menos no puede ser tan sumamente intrascendente. Me apetece ver jugar al equipo, porque tengo mono, porque quiero analizar al técnico navarro, porque de verdad, esto es lo que más gusta. Y pensaba que a todos les pasaba lo mismo.