Contradicciones y la obligación de crear un equipo competitivo

Jugar la Champions todos los años es vital para mantener la viabilidad económica y esta semana ha vuelto a quedar de manifiesto. Pero para ello no se puede escatimar

Jose Hernández | 19 AGO. 2020 | 08:01
Valencia-Ajax

Las noticias sobre los problemas económicos del Valencia han encendido las luces de alarma esta semana, la crisis del COVID ha afectado a las arcas y consiguió generar un clima de mucha preocupación. Los jugadores pueden tener problemas para cobrar aunque desde el club se ha intentando llamar a la calma, además, el hecho de que todavía no se hayan cobrado los beneficios conseguidos en la Champions también sirvió para que la entidad pueda tener una vía de salida en sus justificaciones .Hasta ahí poco que decir o reprochar ya que vuelve a quedar de manifiesto que estar en la máxima competición europea todos los años es el único camino.

El Valencia consiguió quedar entre los cuatro primeros dos años consecutivos, un objetivo en el que Mateu Alemany tuvo mucho que ver por su acierto y gestión de los fichajes y las salidas. Sin embargo, en la carta publicada por Anil Murthy la semana pasada no solo no se admitió el buen trabajo del balear sino que indirectamente se le acusó de las urgencias económicas que vive el Valencia. Está claro que la idea de Alemany fue siempre la de tener un equipo competitivo como prioridad; es la única forma para estabilizarse entre los mejores. Para Meriton era insostenible y ahora piensa en fabricar un equipo con futbolistas de bajo coste (aquí habría mucho que analizar y podríamos decir más bien jugadores de poco nombre) y activos de la cantera.

Es una auténtica contradicción ya que sería un milagro que el Valencia consiga estabilizarse en posiciones Champions con este tipo de política deportiva, con mayor motivo si echamos un vistazo a la dinámica de los rivales. Se necesita estar en la Champions todos los años, es la carta que aseguraría la construcción de un Valencia grande, pero para ello es necesario apostar y arriesgar, ¿se está haciendo lo posible desde el club?