Una purga en el Valencia que tendrá un enorme coste social

El club ha despedido a mucha gente, algunos de ellos empleados históricos, y eso siempre tiene un precio, y no hablamos de dinero

Toni Hernández | 03 AGO. 2020 | 22:05
Camarasa y Rodrigo

El Valencia está haciendo una purga interna de proporciones gigantescas. Y no, no es la peor que hemos visto en la historia ni desde luego es la primera, ni tampoco la más salvaje. Pero sí que hay algo absolutamente distinto: es la primera que hace un dueño al que no se puede echar con pañuelos ni con gritos. No me gustan los cambios, siempre me ha pasado, y hasta con quien no tengo trato. Aunque a muchos de los que hoy han echado de la entidad los conozco desde hace años. Incluso he trabajado con alguno

De hecho hay hasta algún amigo, como mi querido Toni Giner, de las pocas personas que quedan de cuando yo empecé, y su padre, don Antonio, era consejero con Paco Roig. Es mi médico y el de mi familia, y lo seguirá siendo, pero sobre todo, seguirá siendo mi amigo. Su salida me duele, como la de Paco Camarasa, con quien no he tenido nunca una gran relación personal, pero es un símbolo de este club. Y como le dije a Julio Insa hace más de dos décadas, a cuenta precisamente de Camarasa, pero el jugador: no se debe ir contra los símbolos.

Meriton arriesga mucho con este criba, que empezó hace menos de un año, y que es probable que no haya terminado todavía. La gran mentira del fútbol es que hoy estamos todos cabreados, mucho, pero al mismo tiempo expectantes. Porque después de esto viene el siguiente paso, viene el qué pasará mañana, viene el quién vendrá por los que se van. Porque eso siempre pasa, siempre. Y luego viene el ganar, y mirar a otro lado, o perder, y quemar la falla.

No hemos estado nunca preparados para ser una SAD, y mucho menos para tener un dueño. Aunque al final, es el camino que hemos elegido con nuestros actos, los de todos. Insisto, toda purga tiene un coste, y el social en este caso, en el corto plazo, va a ser muy grande. Meriton no puede fallar, no nos podemos permitir el lujo de que falle, porque el futuro del Valencia está en sus manos.