Las notas del Valencia 19/20: Anil Murthy

El presidente debía haber sido alguien que sirviera para templar los ánimos, y ha sido demasiadas veces el foco en sí del problema

Toni Hernández | 23 JUL. 2020 | 07:30
Anil Murthy

El presidente del Valencia, Anil Murthy, va a pasar a la historia, sin lugar a ninguna duda, por ser uno de los que más consenso ha generado en más de 100 años. Y es que desde los tiempos de Paco Roig (hacia el final de su ciclo), y eso son palabras mayores, no veía tanta unanimidad en el entorno en contra del máximo representante del club. Es difícil encontrar a alguien que defienda su figura, que pueda justificar sus actos o sus palabras, y es que aquel gesto el día del Alavés, mandando callar a Mestalla, lo marca todo, para siempre.

La figura del presidente que tiene un dueño por encima debe ser la de alguien que ayude, que temple, que apague fuegos, que ofrezca soluciones y no genere problemas. Debe ser alguien que no conozca qué significa la envidia ni los celos, porque al final, el propietario decide las cuestiones vitales del club, y la parte deportiva es la que debe ofrecer alternativas para esa parcela. Y en ninguna de las dos debes meter las narices, porque no ayudas, sino más bien todo lo contrario.

Un club de fútbol es muchas más cosas, y es posible que Murthy no lo haya terminado de ver. Yo tuve su cargo, y su contexto, en un lugar mucho más pequeño, pero haciendo esencialmente lo mismo. Y tuve claro dónde no debía meterme ni ser un problema, porque ya había profesionales de nivel para ello. La nota de Murthy sólo puede ser la alguien que no ha entendido su función, que no ha servido para calmar las aguas, y que queriendo o sin querer (con la prensa se debe hablar poco), ha encendido más incendios que un pirómano.