Una opinión muy personal, sin filtros, sobre este Valencia nuestro

Darís lo que tengo por poder hablar de nuevo con Peter Lim y explicarle qué somos y qué queremos ser, y cómo queremos serlo

Toni Hernández | 05 JUL. 2020 | 08:30
Mestalla

Señor Peter Lim, me gustaría decirle qué somos los aficionados del Valencia, qué queremos ser, y sobre todo, cómo queremos serlo”. Daría lo que tengo porque volver a tener la oportunidad de explicar al dueño del club todo esto. Sin filtros, sin prisa, sin intención de convencerle de nada, simplemente contarle. No soporto ver al entorno en esta situación, me cabrea y me duele. Y sí, que no me tapo, que he sido y soy defensor de que Lim es mejor que peor para el Valencia, y que no se va porque no quiere vender, y llegados a ese punto, lo que toca es hacer lo imposible para poder transmitirle, de verdad y sin temores, qué siente la gente en esta ciudad. Y los que no viven aquí pero son igualmente del equipo.

Y digo sin miedo porque lo de cantarle las 40 al jefe parece que sea algo que hacemos todos, y todos los días. Y eso es mentira, y de ser muy cobardes. A mí, que venda Lim y venga otro, sinceramente, me da igual. Me importa que el que esté lo haga bien, porque es el bien del Valencia. Y Lim creo que es una buena opción por muchas cosas, aunque si él no pone de su parte en cuando a determinadas cosas, el entorno va a ser tan duro que va a convertir el ambiente en irrespirable.

Yo hubiera echado a Marcelino en verano, pero habría explicado los motivos. Jamás habría consentido que Mateu Alemany se hubiera marchado de la entidad, porque le daba muchas cosas que hacían falta, aunque no meara colonia. Habría cesado a Anil Murthy el día del Alavés y el famoso mandar a callar. Habría venido a Valencia a hablar con el aficionado del equipo para darle mi punto de vista. No habría puesto en el adiós de Celados que mi empresa es la propietaria.

Y yo le quiero explicar al dueño la razón de esos puntos de vista, que no se tienen que compartir, que sólo son míos, pero no se deben alejar demasiado de un sentir general. No me gusta ver al Valencia desangrarse, envuelto en una guerra y ajuste de cuentas que da vergüenza, que es del Chicago años 30, y todos parecemos matones de saldo. Este Valencia no le puede gustar a nadie, y por eso le pido, señor Lim, que escuche, a mí o a quien sea, pero que escuche. Si es necesario, vamos a su país, ese no es problema. Aunque estoy seguro de que todo lo entendería mejor tomando una buena paella, que le cocino yo mismo, y en una mesa repleta de valencianistas de corazón.