Ganar es una cuestión de orgullo, y de respeto al escudo

Que el Valencia gane en Granada, que tenga argumentos para ello, que salga en definitiva a hacerlo, tiene ahora mismo más que ver con el orgullo y respeto al escudo que con la tabla clasificatoria. Y es que aunque tenemos opciones matemáticas de poder terminar entre los 7 primeros, lo cierto es que pensar eso ahora mismo cuesta bastante más que salir a jugar un partido puntual, vaciarse, y darlo todo por volver a llevarse un triunfo a la boca.

El valencianismo no se merece ver esa imagen del equipo, de ninguna manera, porque genera vergüenza, enfado, y un sentido de que todo es mucho peor (que ya lo es), que sólo ayuda a aumentar una tensión que está en un punto notablemente alto. Y por cierto, las bajas y el estado del rival, ahora mismo, nos deben dar más igual que nunca. Porque el problema ya no es ganar o perder, eso forma parte del juego. Lo que no puede volver a pasar, y llevamos 3 partidos así (Eibar, Villarreal y Athletic de Bilbao), es que seamos poco menos que un sparring para el contrario, que somos el Valencia, que representamos los sentimientos de cientos de miles de personas en todo el mundo, y que eso no hay por donde cogerlo.

No tengo ni idea de lo que pasará en Los Cármenes esta noche, porque como digo, al final esto es fútbol, pero sí que tengo muy claro lo que la afición del Valencia no va a poder consentir por higiene mental y respeto a ella. No podemos arrastrar el escudo por muy terminado que pueda estar el año por muchas cosas, que cobrar vamos a cobrar igual, y el escudo no puede tirarse al suelo de esa manera.