El concepto de hacerle la cama al entrenador de un equipo de fútbol

“La plantilla del Valencia le ha hecho la cama al entrenador”. La expresión es muy fuerte, es muy fea, y debes estar muy seguro de algo así para afirmarlo con contundencia. No, no seré yo quien afirme alegremente que esta plantilla, que ha demostrado ser profesional a carta cabal, le está haciendo la cama a Celades. Aunque lo parezca, aunque las sensaciones que nos llegan sean esas o incluso muchísmo peores.

Es un tema tan grave y tan extremo, en el que se tiene que tener tal seguridad para llamar malos profesionales a los jugadores, que hacerlo me sigue pareciendo una osadía propia de gente que está fuera de este entorno. Porque dentro no veo a nadie que sea capaz de tal cosa. Aunque otro asunto es la pérdida de confianza, que es algo infinitamente más grave y delicado. Los jugadores del Valencia no creen en lo que hacen. Eso es evidente, no hace falta ser ningún genio para darse cuenta de ello.

Pero no veo a nadie que se arrastre por el campo, que vaya con los brazos caídos, que pase de todo. Los veo despistados, los veo que corren mucho sin destino claro. Los veo en algunos casos desesperados, desencajados. Eso es una cosa, y otra muy distinta hacerle la cama al entrenador. No veo a futbolistas borrarse por lesiones que son raras, ni pedir los cambios de forma constante porque no están cómodos. Lo siento, pero todo eso no lo veo. Y no, no estoy contengo con lo que veo en cada partido, y no hablo del resultado. Decir burradas es gratis, o sale gratis. Otra cosa es que digamos la verdad.