Otro horror del Valencia fuera de casa para decir adiós a la Champions

Lamentable partido de principio a fin del equipo, que no pudo nunca con su rival y no dio la sensación de poder sumar algo en ningún momento

Toni Hernández | 25 JUN. 2020 | 21:27
Gabriel Paulista

El Valencia salía en Eibar casi con el mismo equipo que ante Osasuna, pero con el cambio de Mangala por Guillamón, que descansaba por primera vez. Guedes partía arriba con Rodrigo, dejando los costados a Ferran y Soler. Los locales salieron mucho mejor, o por decirlo de forma más exacta, los visitantes salieron horrible. Se esperaba al rival, se jugaba con fuego cerca de la portería y se le concedían muchos metros al contrario. Y tanto horroriza defensivo termino con un autogol absurdo de Kondogbia en córner sin peligro. Era lo normal. El equipo salió espoleado del palo y Gayà pudo empatar un par de minutos más tarde.

El partido pasó a ser del Valencia, aunque menos de lo que había sido del Eibar. Ferran pudo igualar también en el 27 en una gran jugada, pero su remate se fue a córner. En el minuto 31 había un posible penalti a Gayà que ni fue revisado por el VAR... y algo parecía. Pasaban los minutos y no éramos mejores, aunque no era el desastre del comienzo. 1-0 al descanso, y todos pensando que esta vez, la buena fuera la segunda mitad.

La segunda mitad arrancaba con el cambio de Soler por Gameiro, pasando Guedes a la banda izquierda. En definitiva. Se iba a por el partido, que no quedaba otra. Pero el comienzo no fue nada bueno tampoco. No se daban señales de vida en ataque, no se tenía el balón, Parejo estaba ausente… Pasado el minuto 60, no tenía el partido buen color, aunque el equipo no bajaba los brazos. En el 61, Guedes y Wass se marchaban, dando paso a Cheryshev y Florenzi. Se buscaba frescura por los costados, porque faltaba precisamente eso.

Se entraba en los últimos 20 minutos con la necesidad, pero sin ideas, sin profundidad, sin llegada… sin nada. En el 72 se podía empatar acumulando varias jugadas dentro del área, pero no se pegaba con fuerza. Pasaban los minutos y no pasaba nada de lo que el equipo necesitaba. Faltando 7 minutos entraba Maxi por un desaparecido Ferran, intentando empatar a la desesperada. Pero el equipo estuvo horrible, mereció perder... y perdió. Adiós a la Champions, y quién sabe a qué más.