El Gonçalo Guedes de la nueva normalidad

Se pueden sacar pocas cosas positivas del partido del viernes, sobre todo porque el resultado final destrozó algunos de los brotes verdes que pudieron verse. Había ganas de volver a ver a Gonçalo Guedes, sobre todo porque Celades valoró en la rueda de prensa previa que el luso estaba trabajando muy bien. Sobre el campo Guedes no marcó diferencias, eso sí, sus ganas de aportar y ayudar fueron constantes. Apareció a ráfagas y demostró que sigue conservando su velocidad, pero volvió a caer en viejos vicios del pasado.

Le siguen sobrando intentos de regate, pero sobre todo le falta calma. Guedes continúa siendo un futbolista individualista y el día que arregle este factor de su juego será un jugador diferencial. Y otro punto negro es la precisión a la hora de disparar a puerta. Guedes tiene que aportar un número importante de goles cada campaña, y de momento estos tantos no llegan. Sus disparos se pierden lejos de la portería, pero es un detalle positivo que el portugués se ofrece siempre.

Por último, se vio a un Guedes muy trabajador en defensa, y fueron varias las acciones en las que realizó coberturas a sus compañeros e incluso se zafó a la hora de bajar y tapar espacios. Es la línea a seguir, ante el Levante no hubo suerte y el resultado empañó la noche, pero Guedes puede ser un futbolista básico en los diez últimos encuentros. La titularidad fue un golpe de confianza y en los próximos dueles debe verse una clara mejoría.