Un Valencia ambicioso y sin complejos, el camino a seguir

El mes de mayo reúne muchas fechas señaladas para el valencianismo, la Recopa de 1980 o el recuerdo de la época dorada de principios de siglo llenan de orgullo a los aficionados. Desde el año pasado existe otro día más,el 25 de mayo será recordado cada año como el día en el que el Valencia volvió a levantar un trofeo. La copa de Sevilla parecía el inicio de otra etapa dorada y la actual campaña debía ser la de la consolidación, dar un paso más estaba en la mente de todos pero lamentablemente el proyecto se vino abajo. Hay tiempo para arreglar en parte este decepcionante curso, pero al Valencia todavía le falta mucho para ser una alternativa real. Se pueden poner excusas y alegar el potencial económico de los rivales, pero esta circunstancia ya ocurría a principios de siglo, cuando aquel Valencia miraba de tú a tú a todos los rivales.

Si uno repasa partidos de esos años percibe un equipo que sabía perfectamente lo que tenía que hacer en el campo. Pero por encima de todo se aprecia el carácter ganador e inconformista que hacía sufrir mucho a todos los conjuntos que visitaban Mestalla. Entre ellos por ejemplo el multimillonario Madrid de los galácticos u otros clubes importantes del fútbol europeo. Todo parte de la mentalidad y también del discurso. Sin exigencia máxima y convicción es imposible llegar a la cima, es difícil que el Valencia encadene años tan gloriosos como aquellos, pero con mentalidad de equipo con complejos ante los poderosos será totalmente imposible. Jugadores, técnicos y directivos deben pensar a lo grande, copiar las cosas buenas del pasado es una buena herramienta para ello.