Harto de que en Valencia seamos meninfots, hasta las narices

Valencia no ha pasado a la Fase I de desescalada en esta puñetera crisis del COVID-19. Ninguna noticia que por desgracia no sepamos desde el viernes por la noche. Pero siendo esto malo, no es lo peor, ni mucho menos. Las reacciones de mucha gente en las redes sociales hacían que a uno, al menos a quien suscribe, se le revolvieran las tripas. Los había que se alegraban “porque la gente sale mucho y a las horas que no le tocan”. La policía de balcones que convierte las excepciones en norma y van dando clases de moral. Los había que bramaban contra los padres que sacan a los niños a pasear, contra los que salen a correr, contra los que dan una vuelta en su horario, determinado por las autoridades. ¿Pero sabéis algo de epidemias o de los criterios que se han usado para tomar esa decisión? Lo digo porque ni el Gobierno valenciano lo sabe, y algunos habéis dado lecciones de todo en las redes. SIN TENER NI PUÑETERA IDEA.

Como yo, pero con la diferencia de que algunos estamos callados. No sabemos, y no podemos opinar. Pero a todos los que se alegran les diré una cosa. Miles de autónomos valencianos, que luego contratan a más gente y generan trabajo y riqueza, llevan preparando sus locales desde hace días, recuperando trabajadores, invirtiendo dinero en acondicionar sus negocios haciendo más grande el agujero por no haber podido abrir su establecimiento desde el 13 de marzo. Esa gente y sus familias os mandan a todos un cariñoso saludo, y os preguntan amablemente que CÓMO DEMONIOS LE VAN A DAR DE COMER A SU FAMILIA. Estoy harto del meninfotisme valenciano, hasta las narices. No entendemos nada, somos unos egoístas de mierda y sólo miramos por nuestro culo. Pero luego nos damos palmadas en el pecho. Un día seremos una sociedad fuerte, con valores decentes y líderes de verdad. Valencia no está en la Fase I, pero desde luego ese no es el mayor problema que tenemos. Si la causa la tenemos en los malos datos de las zonas hospitalarias, arreglemos este tema, pero no nos alegremos de las desgracias de miles de personas por egos. No seamos imbéciles.