El día que jamás pensé vivir como seguidor del Valencia: sólo lo soñé

El título de 2002 ya es "mayor de edad", cumple 18, y aunque pasen 50 más, será la Liga de mi generación, la que veíamos como algo casi imposible siendo niños

Toni Hernández | 05 MAY. 2020 | 00:01
El Valencia celebrando el gol de Ayala

Jamás pensé ver al Valencia campeón de Liga. Lo soñé muchas veces siendo un niño, sobre todo desde que descubrí en mi casa “La Gran Historia del Valencia”, del maestro Jaime Hernández Perpiñá, y escuchaba a mi padre cómo me hablaba de la Liga del 71, la de su generación. Veía aquellas fotos de Di Stéfano, de Sol, de Barrachina, Antón, Claramunt, Sergio, Valdez, Forment, Abelardo… algunos fueron amigos pasados los años, y eso me llenó de orgullo. El gol del Celta, el del Sabadell en la Nova Creu Alta, Matamala… nombres y hechos que daban vueltas en mi cabeza. Cuando en el 96 nos fuimos a Vigo a soñar tenía claro que era casi imposible, pero jamás habíamos estado tan cerca en años. Y mi generación mucho menos. Y llegó el 5 de mayo. El 5 de mayo de 2002.

Íbamos a Málaga con todo de cara. Una victoria nos daba el título. Éramos el mejor equipo de la Liga, una absoluta máquina de ganar. Y ganamos, con solvencia, con la que tenía aquel equipo. Cuando acabó el partido, estando en la radio con Julio Insa, no me salía ni llorar. Era una sensación desconocida, abrumadora, que me superaba en cuanto a las emociones. La ciudad llena de gente, el día siguiente con Mestalla hasta arriba y lloviendo… recuerdos que no se borran, que están frescos. Y el sábado siguiente, en el santuario, el partido contra el Betis. En el momento de darle la copa a Cañizares, yo estaba en el césped, viviéndolo allí. Cuando levantó la Liga, me fui hacia el sector 8. Hacia la fila 16, el asiento 46. Allí estaba mi padre, con mi madre, en uno de los últimos partidos que fue al campo. Y entonces sí, ahí me puse a llorar como un crío. Era mi Liga, y una generación le había legado a otra el testigo. Jamás pensé vivirlo, aunque siempre lo soñé.