Cómo puede afectar el parón al Valencia

La Liga para al menos hasta el 27 de marzo, aunque la decisión de volver a jugar o no se tomará entre Luis Rubiales, Javier Tebas y David Aganzo el 25 del mismo mes. Dentro de todos los contextos locos que estamos viviendo en este ejercicio, el que quizá podría venir mejor al equipo, o menos mal, es parar. Hacerlo en seco y de forma clara. Ya no tanto para descansar las piernas, que en algunos casos llevan muchos más kilómetros de la cuenta, sino descansar la cabeza, aunque ahora la preocupación se llama coronavirus, que a todos nos tiene el corazón encogido y la preocupación en máximos que no recodábamos. Pero limpiar la mente del trabajo, que para los jugadores el fútbol es eso, su trabajo, siempre viene bien. Sólo tenemos que pensar en nosotros mismos en la misma situación, empatizar con ellos aunque intentando no pensar en las insalvables diferencias económicas de los sueldos, claro está.

Parar va a venir bien porque algunos jugadores se van a reponer del todo, y otros van a acostar plazos sin perder partidos. Repetimos, siempre y cuando se vuelva a jugar, que es algo que ahora mismo nadie puede garantizar al cien por cien. Gente como Parejo o Gayà, que no paran de jugar, podrían tomarse un respiro, que es necesario. Rodrigo tendría mejor su rodilla, Ferran podría también tomar algo de aire, Cheryshev acabar de ponerse a punto… Maxi no llegaría con esas dos semanas de parada, pero si realmente va como parece, podría acelerar su vuelta, que es algo que le vendría muy bien al equipo. Limpiar la cabeza y recuperar fuerzas. Del mal el menos, y este Valencia no le puede hacer ascos a eso.