Dani Parejo, con un poco basta, pero el Valencia necesita más

Dani Parejo me puso de los nervios el pasado sábado contra el Betis. Voy a escribir un artículo desde las sensaciones de un aficionado en la grada mucho más que desde el punto de vista de un analista, que al final es lo que debería ser. Esa jugada en la primera parte en la que arriesga de una manera inapropiada, pierde el balón y casi nos cuesta un gol es la que me pone en guardia. Ya venía con esa sensación después de esa otra acción en San Sebastián en la que parecía querer regatear a toda la Real Sociedad con la cabeza baja. Parejo no toca el balón en el primer tiempo, el juego lo lleva Kondogbia, y la consecuencia era clara, y negativa, para el equipo. Manos a la cabeza, brazos en alto, ofuscación absoluta… La palabra era agobiado, totalmente agobiado, como atrapado en el partido.

En la segunda parte Celades cambia el dibujo, Parejo toca dos balones con criterio, y el Valencia comienza a jugar al fútbol. Sin alardes pero haciendo mucho más que en el primer tiempo, lo que tampoco era especialmente complicado. Pero con ese poco, el equipo empezó a ser mejor que el Betis, y con la inercia hizo el 1-0, y el propio Parejo hacía el segundo. Fueron 10 minutos, como mucho 15, muy poco, y suficiente en algunos contextos, pero ahora mismo hace falta más que eso para poder quedar entre los cuatro primeros. Lo del Betis puede ser un comienzo, tampoco nos martiricemos, pero el partido de Vitoria, siendo lejos de Mestalla, será la gran prueba para el equipo… y para Dani Parejo.