La Champions y el Valencia nos piden que dejemos nuestras mierdas en casa por una vez

La clave de hace 20 años fue estar unidos y tener claro que nadie era mejor que nosotros, y eso parte del entorno, siempre

Toni Hernández | 16 FEB. 2020 | 08:30
El Valencia celebra un gol

¿Os acordáis de qué es eso de jugar la Champions en eliminatorias a vida o muerte? ¿Tenéis frescos en la memoria aquellos cruces contra los mejores de Europa y ganarlos? Algunos empezamos a ser viejos, no mayores, viejos, porque un valencianista de 25 años igual tiene un vago recuerdo, y para mí es una parte esencial de mi vida profesional. En aquellos días no veía a nadie dudar, a nadie decir o pensar que era imposible. Seguramente éramos unos inconscientes con un par de castañas, una mezcla peligrosa, aunque París nos dios tal guantazo con la mano abierta que nos puso los pies en el suelo. Pero a Milán llegamos sintiendo que nadie era mejor que nosotros, nadie.

Lo que mejor recuerdo de aquel tiempo era la unión que había, que se palpaba, que se sentía. Los enemigos del Valencia, que los seguía teniendo, estaban ocultos, porque no había narices a asomar el pico por si acaso. Y ese ambiente era empezar ganando siempre 1-0-. O también 0-1, que esto vale igual para casa que para fuera. Ahora miro a mi alrededor y no veo lo mismo, lo siento, pero no lo veo. Y no tiene nada que ver con que el equipo sea mejor o peor. El Valencia de 2000 había ganado una Copa, como este, nada más. Yo al entorno no le exijo ni le pido nada, faltaría más, pero si le sugiero, de valencianista a valencianista, que cada uno deje en casa sus mierdas y sus historias y pensemos solo en esa Champions de las narices. Es maldita competición que me tiene harto, pero que la necesito como el respirar.