Encontrar un estilo definido, la primera clave para la recuperación

Se puede hablar de la falta de intensidad, del cansancio físico y mental, de las lesiones e incluso de las decisiones del VAR. Pero el verdadero problema del Valencia es futbolístico, y no porque este equipo no haya demostrado que tiene potencial, sino porque las dos caras del Valencia son demasiado opuestas. Lejos de querer establecer comparaciones ya que aquello ya es parte del pasado, el Valencia de Marcelino tenía conceptos muy definidos. Se sabía lo que se podía esperar de los jugadores y el equipo lo repetía en todos los partidos. A veces el Valencia era poco ambicioso y no ofrecía soluciones, pero los de Marcelino se hicieron fuertes reforzando la idea. Celades ha querido innovar desde su llegada, lo que se ha transformado en una versión del Valencia más alegre y con capacidad para hacer daño a los poderosos. Pero estos cambios han producido demasiada indefinición.

Es positivo observar que Celades busca mayor riqueza táctica y trata de explotar la polivalencia de los jugadores, pero en este momento de la temporada y en plena crisis de resultados es necesario acudir a lo simple. Si las cosas salen bien Celades podrá construir un equipo a su medida el próximo verano, pero ahora no hay tiempo para más experimentos tácticos y lo primero es tratar de frenar la gran hemorragia existente, que no es otra que la fragilidad defensiva. No es fácil y el técnico tiene una papeleta difícil, aunque también cuenta con una plantilla competitiva. Es su misión que los jugadores no dejen de confiar en el proyecto y vuelvan a conectarse.