Lo de Dani Parejo en el Valencia de hoy, en el de ahora

Dani Parejo está en el punto de mira de todos los palos de tamaño gigante que se está llevando el equipo desde hace unas semanas. El nivel del capitán dista mucho del que necesita el equipo. Se le ve desbordado y absolutamente desquiciado, con pérdidas de balón impropias de un tipo de su categoría, tirándose al dueño a rebañar balones como si esa fuera su misión. Los rivales saben perfectamente lo que tienen que hacer para anularlo, y fuera de casa de convierte en una cacería, con todas las vergüenzas al aire en cada encuentro. Encima, el mejor partido de lo que llevamos de 2020, la victoria contra el Barcelona, el de Coslada no lo jugó por sanción. Casualidad sin duda, aunque muchos empiezan a apuntar a la causalidad. Y eso es excesivo, por muy mal que esté.

El primero que está jodido, porque la palabra es esa, es Parejo. No podemos olvidar el grado de implicación y sentido de pertenencia que este chico tiene con este club. Exigíamos para él una lona en Mestalla hace unos meses y ahora pedimos un pelotón de fusilamiento. No voy a poner un paño caliente a la situación del equipo ni al papel que vienen ejerciendo algunos de sus jugadores más importantes, pero está muy claro que son ellos los que deben sacarnos de ahí o terminarnos de hundir en la miseria. No se trata de paciencia o de ansia, se trata de sentido común, de poner los intereses generales por encima. Parejo es Parejo, bien o mal, y este equipo lo necesita.