Valencia con o sin Parejo: ¿de verdad eso tiene debate?

Quien duda de Dani Parejo en el Valencia no es gente de fiar. Lo digo con todas las letras, porque vivimos en un entorno cainita a más no poder, en el que nuestra capacidad de autodestrucción se pone constantemente a prueba y supera siempre ese límite que no vemos capaz de alcanzar. Con Dani Parejo, como con tantos jugadores de este plantilla, ocurre eso mismo. Y ahora no tiene que ver con hace 3 años, porque si deja de jugar contra el Barcelona y ganamos el año de Prandelli, por ejemplo, se pide su deportación a Siberia de forma inmediata. Y siendo honestos, quizá servidor habría sido uno de los que lo habría pedido. Pero si el capitán no ha hecho ya todos los méritos necesarios para ser respetado, es que tenemos algo que no nos funciona bien.

Después del encuentro contra el Barcelona pude leer verdaderas aberraciones, y lo digo con respeto, pero como diría aquel, lo digo, aberraciones. Poco menos que se había ganado porque Parejo no estaba, decían algunos. Que los jugadores protestaban las decisiones del árbitro porque el capitán ese día no era él. Que había otro ritmo porque el de Coslada ralentiza en ocasiones el juego (esta reflexión se le leí a un buen periodista, Carlos García, que eso sí, la razonó a las mil maravillas y ya era cuestión de estar o no de acuerdo). Pero lo que no puedo entender es que hagamos de menos a Parejo ahora. Sigue siendo medio equipo, lo miremos por donde lo miremos, y negarlo es que no tiene sentido. Y más que le he dado yo en su día, no debe haber nadie.