Hablemos de José Luis Gayà

En 30 meses ha pasado de jugador de cristal con poco carácter a referente indiscutible, y ese futbolista lo llevaba dentro desde el primer día

Toni Hernández | 03 DIC. 2019 | 23:00
Jose Luis Gayà

José Luis Gayà ha pasado en dos años y medio de un jugador sobrevalorado, de cristal y al que se le “da bola” por ser de la cantera, a todo un referente del club y del equipo, y ahora mismo, alguien sin el que no se entiende a este grupo. El año de Nuno fue brutal para él, en todos los sentidos, y en los dos siguientes fue uno de los que pagó los platos rotos, porque es cierto que tuvo lesiones (aunque jugó 66 partidos en esos dos cursos de los 98 que disputó el equipo, que estando "siempre" roto no parecen tan pocos) y que el Valencia hizo dos años nefastos, pero al acabar la campaña 16/17 apenas si había cumplido 22 años y la exigencia respecto a él era como la de una gran figura del fútbol mundial. Todo excesivo, todo de alguna forma injusto.

De hecho se habló y con fuerza de un posible traspaso, de una salida del club porque se tenía relevo, Toni Lato. Pero desde ese momento, Gayá dio un paso adelante sabedor de que tenía la confianza absoluta del entrenador, Marcelino García Toral, y su crecimiento ha sido sublime, tanto a nivel futbolístico, como físico y desde luego mental, porque ahora mismo es un jugador referente, de los que presiona al árbitro y se encara a los rivales que no hacen lo que deben o intentan utilizar malas artes. Y ese jugador siempre ha estado ahí, aunque estuvimos cerca de cargárnoslo por esas prisas sin sentido que muchas veces se tienen en este deporte en general y en este club, en su entorno, en particular. Si ahora nos dieran 50 millones de euros por él no los cogeríamos, y hace apenas 30 meses hubiéramos dicho que eso no pasaría jamás.