Una dinámica peligrosa para el Valencia

En solo cinco meses el Valencia ha vivido una auténtica revolución inesperada, queda muy poco del equipo que alzó la copa en Sevilla aunque la mayoría de jugadores sean los mismos. El proyecto ha dado un giro radical que pocos comprenden, y lo que es peor, nadie sabe el rumbo que Peter Lim adoptará en el futuro. La primera consecuencia ha sido el bajón en los resultados del equipo, Celades está trabajando en la medida de sus posibilidades para aportar estabilidad a la plantilla, pero los milagros en fútbol no suelen darse con facilidad. Con todo, no es la clasificación lo más preocupante, sino el peligroso camino y las decisiones que se están adoptando y han terminado por arrebatar a la afición gran parte de la ilusión. La masa social vuelve a ser fantasmas del pasado y asume resignada que los tiempos de crisis de la primera etapa de Meriton volverán a tomar protagonismo. Sin el entrenador que hizo campeón al equipo y sobre todo sin la figura de Mateu Alemany, el Valencia ha entrado en una fase de indefininión tan decadente como el juego que propone el equipo.

Lo peor es que no se advierten grandes soluciones ni un nuevo proyecto que pueda volver a enganchar. Los resultados definirán balance final de esta crisis que comenzó el pasado verano, pero será difícil recuperar el apoyo unánime de la afición mientras dirigentes tan denostados como Anil Murthy sigan tomando decisiones tan impopulares como poco entendibles. Bunkerizar los entrenamientos del equipo ha sido la última de ellas, más leña al fuego para un club que necesita paz para volver a renacer. Peter Lim tendrá la última palabra y en su mano está elegir lo que quiere para el Valencia, pero el escenario ha empezado a tomar un tono muy negro.