Valencia y los que siente este equipo como parte de su vida: a por ellos

Valencia, ganar, ganar y volver a ganar. E ir a Mestalla con el espíritu limpio de cuestiones que no sumen, y tener en la cabeza sólo un pensamiento, llevarse la victoria ante el Sevilla. Porque la esencia del fútbol es eso, ni más ni menos, querer y respetar a tu equipo, y sobre todo estar cerca cuando la cuesta sea hacia arriba, porque “las de abajo” siempre son mucho más fáciles para todos. Esto no va de dueños, presidentes, entrenadores o jugadores. Quizá el año que viene no haya ninguno de los que están ahora, es una posibilidad, pero los que seguro que estaremos seremos los que sentimos a este equipo como una parte de nuestra vida, de nuestra familia, como alguien sin el que no podemos vivir. Sí, es el sentimiento que se transmite y no se puede explicar, y eso no depende de situaciones puntuales ni de guerras bastardas.

Esa piel de gallina que hemos tenido con el año del Centenario, mucho antes de que llegaran los éxitos deportivos, que fueron en mayo y nosotros dos meses antes ya estábamos a lágrima viva con todo lo que rodeaba al club, con aquella manifestación cívica del 18 de marzo o con ese partido de leyendas que a todos nos hizo ser niños de nuevo. Si eres del Valencia esto lo llevas en la sangre, por muy cabreado con el mundo que puedas estar y motivos tengas para estarlo. Y hoy toca coger los pases, y hasta el bocadillo por si hace hambre al descanso, y dejarse la garganta para ayudar a nuestros jugadores a ganar un partido que es mucho más que eso. Quien no lo entienda debe mirarse muchas cosas, y todos somos libres de pensar lo que queramos.