La inmensa mentira del Copa del Rey de Sevilla

Que Marcelino diga que eso es el motivo de su cese está claro, pero no hay nada, ni un dato, que haga pensar en que eso tenga peso real

Toni Hernández | 15 SEPT. 2019 | 10:00
Lim en Sevilla

Marcelino se ha ido del Valencia de un modo extraño, se podría decir que hasta feo, porque el argumento de la Copa del Rey no tiene sustento, no se soporta, y es muy débil. Y además pone de manifiesto que tanto él como su eterno, que es algo que estaba claro pero quedaba la duda razonable, han estado filtrando sin control desde hace muchas semanas. Y ya no sólo eran llamadas o charlas en viajes o entrenamientos, también mensajes escritos cuando de alguna manera se aplicaba aquello de “para lo que me queda en el convento…”. Que había una unión enorme dentro del vestuario se sabía, que la gente lo quería lo mismo, que está agradecido igual, pero en su adiós falta su opinión real, su particular autocrítica, que hubiera explicado las últimas semanas de enfrentamientos y retos permanentes.

Pero si olvidamos el contexto, cómo estaba el equipo y lo que había en juego, todo es muy relativo, todo. Que el Valencia gane la Copa es bueno, para todos. Lim fue a la final, la disfrutó, y vibró con los goles. Hay muchos valencianistas que estaban a su alrededor en aquel partido, porque no estaba en ningún palco cerrado. Y en Valladolid prometió una prima por la victoria. ¿Acaso es imbécil y va contra él mismo? Contar una mentira a los medios, consolidarla diciéndola muchas veces, y cogiendo la parte por el todo para hacerla verosímil no tiene fundamento. Y hace daño a todos.