Lo vivido estos días en el entorno del Valencia ha dejado muy claro que las rencillas personales mandan

Bandos claros, francotiradores apostados esperando un error, y muchas ganas de entonar el "yo tenía razón", bajo el mando del "bien del Valencia"

Toni Hernández | 03 AGO. 2019 | 07:00
Afición del Valencia

Lo que se ha vivido estos días en el entorno del Valencia, después del descuentro entre Peter Lim y Mateo Alemany que ha terminado con el respaldo del dueño al director general de cara al futuro, ha sido de vergüenza ajena en muchos casos. Y es que bajo el mando del bien del Valencia, del manido discurso de “los dos buenos años que llevamos” (como si no fueran responsables de ello muchas personas), ha tenido como resultado el hecho de que muchos han dejado claro que las grietas abiertas por el proceso de venta siguen abiertas, tan en carne viva como el primer día, y que cuando Meriton hace algo bien es gracias a otros, y cuando lo hace mal, o la sale mal, es porque el Valencia le importa un carajo y esto es el juguete de Peter Lim. Y no amigos, esto no va así, y mucha gente se ha dado cuenta de que es así.

Esto es una Sociedad Anónima Deportiva por desgracia y por mala gestión de otros tiempos, pero es lo que hay. Existe un dueño porque lo valencianos no tuvimos pelotas ni dinero para quedarnos el club, y entre unos y otros lo mandaron al borde de la quiebra, y hubo que buscar dinero fuerte, porque aquí nadie lo ponía. Y ese señor que manda ha llevado al club 3 veces a la Champions League en 5 años y ha ganado un título, y el club tiene la mejor salud financiera y social de muchos años. Y si Mateo Alemany está en el club, para hacerlo aún más grande, es porque este señor dio el OK. Ahora todos a plegar velas, pero el daño, ese daño del que tanto se habla de forma perniciosa, ya está hecho.