Un jugador intocable en el Valencia, que no se vende, que no se va

Dani Parejo es feliz aquí, no se quiere ir, sienre que esta es su casa y la su familia, y eso no sólo es difícil de ver, sino muy digno de alabar

Toni Hernández | 27 JUL. 2019 | 07:00
Dani Parejo

Cuando me cambian en Sevilla, cuando no podía continuar, ver a toda la grada coreando mi nombre fue increíble… Luego, la celebración... Niños, personas mayores, todas las calles llenas, las caras de felicidad… Han sido los días más felices de mi carrera”. Las palabras de Dani Parejo en una de las entrevistas que hemos podido leerle esta semana son reveladoras. Este chico no se quiere marchar de aquí, es feliz como no lo había sido nunca, y es el primero que es consciente de lo vivido en el Valencia: "Podría escribir un libro sobre mis años en el Valencia. Tengo anécdotas buenas, menos buenas… No sé la cantidad de compañeros con los que he jugado y también de entrenadores que he tenido”.

Cuando se alcanza un grado de identificación como ese, cuando se llega a desarrollar un sentido de pertenencia en un lugar en el que no has nacido o no te has formado, significa que se ha alcanzado un punto en el que no puedes estar en otro sitio. Le ocurrió a Rubén Baraja, y hace poco lo confesaba, que cuando Mestalla le despidió de aquella forma espontánea y de cariño extremo, supo que no podría vestir otra camiseta, y ofertas no le faltaron aquel verano para haber ganado mucho dinero en muchos sitios. Parejo no está en venta, pero no porque lo digo el club solamente, sino porque él mismo no tiene ninguna intención de marcharse de su casa, porque así lo siente, y esa idea de tener una lona, ya en el Nuevo Mestalla, le seduce más que el dinero, lo que resulta altamente reconfortante para todos.