La copa del centenario recupera el orgullo del Valencia

El Valencia ha conquistado algo más que un título este semana, más allá de la importancia del triunfo lo más importante es que tanto la plantilla como la afición han recuperado el orgullo y la importancia del sentido de pertenencia, aspectos que en los últimos años se habían perdido de manera muy peligrosa. Es preciso repartir los méritos, por supuesto los jugadores son los principales artífices de que el Valencia haya vuelto a ser campeón, ellos sufrieron y superaron los momentos malos para terminar logrando el objetivo de ir a la Champions y ganar la final a todo un Barcelona. Al frente de todos ellos Marcelino García Toral, que por fin se consagra dirigiendo a un grande y conquista su primer título, y por último (aunque no menos importante) a los gestores del club. La propiedad supo cambiar el rumbo y aprender de los más críticos para construir un Valencia grande, ahora recoge los frutos con honores y solo cabe felicitarles. El deseo es que sigan en la misma línea.

Lo del sábado en Sevilla fue apoteósico y lo vivido en el día de ayer en Valencia inolvidable. Es una copa que sabe a título importante y que debe abrir un futuro de esperanza cargado de éxitos, la masa social del club está con el equipo más que nunca y en ese sentido la buena salud de la entidad no está en peligro. Ha sido la copa de la reconciliación definitiva y el orgullo de toda una ciudad que apoyó sin cesar a su equipo en el Villamarín. La copa del centenario recupera el orgullo.