Una renovación en el Valencia ganada a pulso y en la sombra

El Valencia va a renovar su contrato a Jaume Domènech, y eso es algo que al que suscribe le hace particularmente muy feliz, le regenera su amor al fútbol y le hace entender que, a veces, el esfuerzo brutal y sin descanso tiene su recompensa. Que siento debilidad por Jeu es evidente, no lo he escondido nunca, y me alegro de las cosas buenas que le pasan como si fuera uno más de mi familia, que de alguno forma lo es. Lleva en el club desde 2013, pasando por el filial y haciendo mejores a los porteros del primer equipo con los que ha competido meta en este tiempo. Y cuando le dieron la oportunidad de jugar de forma continuada, LaLiga le nominó con el tercer mejor portero de la primera vuelta en la campana 15/16. Y aunque alguno le niegue el pan y la sal, el equipo va a jugar la final de Copa del Rey, en parte, por sus paradas.

Pero que el Valencia haya decidido ampliarle el contrato que termina en 2022 significa muchas cosas, y todas ellas buenas. Es un tipo importante dentro del vestuario y con nivel en el ámbito deportivo, que aquí no se renueva a la gente por caer bien o estar implicados. Pero que haya podido conseguir estas metas no siendo titular hablar mucho de él y de la confianza que han tenido muchos dirigentes y directores deportivos y técnicos que han pasado por la entidad durante estos años. Todos no pueden estar equivocados, aunque unos sean mejores que otros. Que Jaume renueve es una buena noticia, no cabe duda: sigue un capitán y uno de los tipos más implicados dentro de ese vestuario.