Agarrados a Mestalla como si no hubiera mañana

El partido se manejaba en el contexto que quería Marcelino, pero el tercer tanto del Arsenal lo complica todoa unos niveles más que duros

Toni Hernández | 02 MAY. 2019 | 22:54
Mouctar Diakhaby

“Marcelino barraquero”. Así era como se tildaba al entrenador asturiano del Valencia por el once inicial que presentaba contra el Arsenal de Unai Emery. Hasta cuatro centrales puros y dos laterales. El plan del partido era sencillo: no sufrir atrás más de lo necesario y buscarles la espalda con Guedes y Rodrigo. Y lo cierto es que los primeros minutos del equipo fueron muy buenos, incluso con llegadas muy claras, especialmente a balón parado. Y así llegó el 0-1 con una jugada ensayada perfecta, con Parejo buscando y encontrando a Rodrigo, y éste poniéndola al segundo palo para Diakhaby que remataba a placer. Muy justa la victoria hasta ese minuto 10. El Arsenal estaba KO y el Valencia buscaba el segundo con todo. Pero esto es Europa, y cada fallo se paga. Y en el 17 empatan los locales como un fallo impropio de toda la zaga. Los gunners se metían en el partido, y es que estaban muy fuera. Y la cosa se puso peor en el minuto 25, con fallo impropio de Roncaglia y otro aún peor de Neto para el 2-1. El que estaba ahora grogui era un Valencia que con 3 centrales iba muy perdido, especialmente el futbolista cedido por el Celta. Se llegaba con ese marcador al descanso, y viendo cómo fue loa primera parte, era lo mejor.

La segunda parte empezó con un Valencia bastante mejor que al final del primer periodo. No cambió el sistema Marcelino, ni tampoco a ninguno de los jugadores que comenzaron el encuentro. Se contenía al Arsenal y se buscaba el marco contraria con cierta solvencia cuando se tenía la pelota, algo que hacía sufrir muchos a los de Emery. Marcelino movía el banquillo dando paso a Gameiro por Guedes y a Daniel Wass por Carlos Soler, pero sin cambiar el sistema. El partido se dormía, que quizá era lo que buscaba el Valencia, y los de casa, aunque lo intentaban, no llegaban con fluidez a la zona de peligro, aunque la rondaban demasiado, eso sí. Rodrigo Moreno se marchaba, muerto, a falta de dos minutos, por Santi Mina. Pero la defensa del Valencia, tan sobria tantas veces, volvía a hacer aguas y regalaba el 3-1, que sí complica todo mucho, demasiado. Toca remontar... a lo grande.