Sufrir como perros para lograr la Champios: el Valencia de Guedes

El extemo, o delantero, portugués arma el taco con dos jugadas magristrales para seguir en la pelea por la Champions League

Toni Hernández | 21 ABR. 2019 | 22:38
Gonçalo Guedes

Quedar cuartos en la Liga y conseguir una de las remontadas más importantes de la historia del Valencia para volver a la Champions League. Cambios avisados, con Rodrigo en el banquillo y Guedes arriba con Santi Mina, más la vuelta al once de Garay y Coquelin. Los primeros minutos fueron insulsos, aunque Tello mandaba un balón al lado y metía el susto en cuerpo. A los de Marcelino el balón se les atragantaba, y no había forma de dar dos pases seguidos. Marcelino le daba el balón a Setién y le quería ganar buscándole la espalda. Pasado el minuto 25 el partido era un monólogo local, con los visitantes defendiéndose como podía, y sin salir. A la media hora crecían los problemas, se lesionaba Cheryshev, entraba Rodrigo y Guedes volvía a la banda. Cambio de un plan que no estaba saliendo bien. En el 41, una buena llegada de Soler por la derecha acababa en un remate de Mina que se iba arriba. Y en el 45 llegó la obra de arte de Guedes. De la nada se inventaba un gol fabuloso, al alcance de los mejores del mundo. Que es lo que terminar siendo… Y con el 0-1 se terminaba la primera mitad.

La segunda mitad no podía empezar mejor, ni tan igual. Un córner para el Valencia, un balón a Guedes en la frontal… y otro latigazo del luso que suponía el 0-2. Estamos ante uno de los mejores jugadores del mundo, no hay más. El partido se había puesto de cara de una forma espectacular y con el contexto como más le gusta al equipo. Pasado el minuto 65, eso visitantes esperaban en su campo y el Betis iba dando metros y metros. Marcelino probaba el doble lateral dando paso a Toni Lato por delante de Gayà, algo que se ha probado poco pero que puede ser usado en breve. Pero el equipo estaba ramplón en el 78 se complicó todo con un claro penalti para el Betis que Lo Celso convertía en el 1-2. Rodrigo aún lo complicaba más, expulsándose él solo sin ningún sentido a falta de 8 minutos. Había que sufrir como bestias, y todo salía mal, porque el equipo estaba atrás y sin remedio. Pero se aguantó y se ganó. Quintos y a la Champions.