Si llegar a una final rompe la unión del Valencia es que aún nos pasa poco

Cada uno defiende sus intereses, pero nadie debe olvidar que lo único importante en esta historia es el Valencia, que está por encima de todo y todos

Toni Hernández | 02 ABR. 2019 | 19:35
Mestalla

Que una final de Copa del Rey divida al valencianismo es para matarnos. Y no pienso usar la frase de “con respeto”, porque no me da la gana. Llevamos 11 años, más de una década, sin catar una, ni si quiera para perderla como le pasó a mi generación con la primera que tuvo. Y ahora que por fin se está, y en el año del Centenario, todos sacamos la piel más fina que tenemos y nos ofendemos porque el club tiene 21.400 entradas y no puede haber para todos. Se han firmado acuerdos con colectivos, como viene pasando desde hace muchos años, también cuando no hay finales, y se deben cumplir. Y llamar “mamadores” a los que los firman es faltar al respeto a valencianistas tan dignos como los que no pertenecen a ninguno. El activismo debe tener premio, que a nadie le quepa ninguna duda.

Las peñas deben tener sus entradas, la Asociación del Pequeño Accionista igual, y la Curva Nord lo mismo, exactamente igual que cualquier accionista y socio del club. Aquí el problema es que todo el mundo tiene razón, nadie da su brazo a torcer, y eso no es hacer valencianismo, lo siento. Porque entonces lo importante no es el Valencia, sino uno mismo, y los golpes en el pecho dan vergüenza ajena. Aquí somos de este equipo con finales o sin ellas, yendo a verlas donde se juegan o animando desde casa, y no me vale otra postura que no sea esa. De nadie. La Curva Nord debe tener también entradas, pero la respuesta no puede ser no animar, la de dar en definitiva la espalda al equipo. Porque entonces pierdes la razón que puedas tener. Unión, que ese es lo que nos llevado hasta aquí, que parece mentira que seamos tan ciegos de no verlo.