Si se quiere ser de Champions League, ni el Valencia ni Mestalla deben fallar

El gran objetivo del Valencia este año en volver a jugar la Champions League la próxima temporada. Discutir eso es negar lo evidente, estar convencidos de que el sol no sale por las mañanas, y después del mes de enero que hemos pasado, con debates y quemas en la hoguera de todo bicho viviente, conviene nos desviarnos de este asunto. Marcelino y Mateo Alemany tienen claro, hoy y hace 7 semanas, que el camino para que el año sea bueno es quedar entre los 4 primeros, que sigue estando muy complicado, porque el Sevilla no va a estar siempre mal y porque hay varios equipos más a los que superar en la tabla. Y ganar la Copa el año del Centenario sería maravilloso, y soñamos (sueño, como todos) con ello, pero “sólo” con eso no basta para salir de pobres. Y eso no tiene discusión, porque esa gloria no da el dinero que genera la Champions, y le podemos pegar dos millones de vueltas más.

¿Qué se pretende decir con todo el “ladrillo” anterior? Pues que el partido contra la Real es tan importante como el del Betis el día 28 de febrero, y no querer verlo no tendría sentido. Y si todos fuéramos inteligentes, lógicos, e igual de valencianistas en unas semifinales de Copa que en la jornada 23 de Liga (que debe ser así, ¿no?), iríamos a Mestalla, lo llenaríamos y generaríamos exactamente la misma atmósfera un día que otro. Porque con estos 3 puntos el equipo se dispara, mete miedo de verdad a todo el mundo, y además de querer y poder ganar la Copa, puede pegar todavía un golpe de mano a Liga de los que marcan época.