El Valencia está fundido, piensa en la Liga y tendrá que remontar la Copa en Mestalla

La ida de los cuartos de final para el Valencia dejaron una idea clara: Marcelino prioriza la Liga pero este torneo también le importa, aunque ahora mismo no hay más. Ninguno de los dos equipos parecía ir a por el partido de salida, ni tampoco se veía un juego brusco, al menos en el primer cuarto de hora. A partir de ese momento el Valencia dio un paso adelante, y sobre todo cargando por la izquierda, generaba peligro. Kang In estaba apunto de marcar un gol de locura, y metía el miedo a los locales. Aunque los locales empezaban a despegar, y llegados a la media hora, empezaban a pisar con mucho peligro el área de Jaume, que tenía que hacer una parada de gran mérito a Ángel. Era una especie de respuesta al ataque valencianista, pero el partido cobraba ritmo, y mucho. En un despiste el Getafe tenía la segunda, pero Jaume volvía a hacer otra parada antológica a Ángel. Y aún tuvo que hacerle una tercera antes del descanso. Con 0-0 terminaba la primera mitad.

La segunda parte comenzaba con el cambio de Rodrigo Moreno por Santi Mina. De nuevo dejaba a un delantero en el vestuario después de la primera mitad, como el día del Sporting. Y fue lo más destacado del primer cuarto de hora, porque ambos equipos salieron marcándose más aún que en la primera mitad. Con los cambios empezaban a pasar cosas, pero más del “otro” fútbol que en cuanto a peligro en las áreas. Se le acumulaba otro problema a Marcelino con la lesión de Gameiro y se quedaba sin más punta nato que Rodrigo. Faltaban 20 minutos y daba la sensación de que podían pasar aún muchas cosas. En el minuto 77, otro error en un centro lateral, acaba en los pies de Jorge Molina, que en su hábitat natural hace lo que quiere y como quiere y terminaba marcando el 1-0. Lo peor que podría pasar. A los de Marcelino se les apagó la luz en ese momento, y apenas inquietaron a los locales hasta el final del encuentro. Y con el 1-0 terminó el partido.