El Valencia golea, pasa y sonríe al ritmo de Santi Mina, Ferran y Kang In Lee

Se sufrió mucho, demasiado, volviendo a hacer una primera parte que podríamos llamar impropia de un equipo grande, pero lo que tocaba era pasar

Toni Hernández | 15 ENE. 2019 | 23:15
El Mestalla celebrando un gol

El partido más importante de la era Marcelino se ha jugado en una fría noche de enero en Mestalla, ante su Sporting de Gijón y en una vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey. Nadie habría podido imaginar un escenario y un contexto como este a estas alturas de año, pero al final es lo que se ha conseguido entre unas cosas y otras. Con un gran ambiente en el coliseo valencianista, el equipo salía a por el gol, a por la calma que tanto le cuesta este año. El patrón del partido estaba y quedaba claro: el rival atrás y los locales volcados, con Kang In y Ferran muy abiertos, lo que hacía que defender fuera más complicado. El problema volvía a ser que a la media hora de partido no se había disparado a puerta con peligro… De hecho, era el Sporting el que podía marcar en un remata muy claro que se iba fuera. Con empate a cero y pitos se iban los jugadores a los vestuarios.

El descanso empezaba con Rodrigo Moreno sustituido y con Santi Mina en el campo, algo, en teoría, sorprendente. A los 3 minutos Ferran hacía una buena jugada y el propio Mina estaba a punto de marcar. Eso soltó al equipo, que empezó a llegar en oleadas y con claridad. Faltando media hora las sensaciones eran mejores, pero el resultado el mismo, con Mestalla apretando como si fuera una gran noche de Champions. Y en el 65 hubo premio por fin, con un centro magistral de Wass desde la derecha que Santi Mina convertía gol. En ese momento, algo merecido para los de Marcelino. El partido paró un poco, pero los de casa seguían apretando en la búsqueda del segundo, de un poco de calma. El Sporting lanzaba latigazos, que hicieron lucirse a Jaume con alguna parada de mérito. Y en el 76, un centro precioso y perfecto de Ferran terminaba con otro gran remate de Santi Mina y el 2-0 en el marcador. Faltaba tiempo, pero se percibía una sensación de alivio enorme. Y Ferran ponía el colofón con un tercer gol después de una contra que definió perfecto con la zurda.