El Valencianismo se ahoga en el centenario

La 2018-19 está siendo una de las campañas más extrañas de los últimos años, el equipo sigue sumido en una crisis de resultados preocupante y a nivel institucional las cosas tampoco marchan bien. Los actos del centenario están siendo decepcionantes y el aficionado vive con distancia la celebración de una efeméride tan especial. A diferencia de otras temporadas en las que el cabreo era más que evidente, este año los malos resultados se están viviendo con más resignación que virulencia. La grada ha tenido mucha paciencia a pesar de que el Valencia ha dicho adiós a la Champions y navega cerca de la zona de descenso en La Liga, el pasado sábado la afición explotó después de muchos meses de paciencia y apoyo al equipo.

Nadie puede reprochar nada a un valencianismo que ha demostrado madurez y sentimiento por su equipo. Nunca faltó el apoyo pero ni los jugadores ni el técnico han correspondido en el terreno de juego. Tras una buena campaña como la pasada la ilusión se desbordó este verano, se esperaba a un Valencia competitivo y capaz de dar un paso al frente, se soñaba con pelear algún título. Ahora la desilusión ha impregnado el ambiente y lo que es peor, el excepticismo ha vuelto en el apartado social con las salidas de tono del presidente y la preocupación por el futuro. Queda tiempo para intentar salvar una temporada que se está convirtiendo en pesadilla, pero a día de hoy la confianza en el equipo y el técnico es mínima.