Peter Lim ha dado órdenes a todos en el Valencia: mucho cuidado

“Peter Lim viene a Valencia y está muy enfadado”, decía la semana pasada Anil Murthy en esa rueda de entrevistas que dio por diversos medios de comunicación previo a la Junta de Accionistas. Y es que el dueño del club tiene motivos más que fundados para estarlo. Durante dos años se le dijo de todo, que pasaba del Valencia, que lo quería vender, que no iba a invertir más, que los fichajes le daban igual, que ya se había cansado… ¿nos acordamos de las manifestaciones en la puerta de Mestalla con aquello del “Peter, go home”, pues eso. Ya en diciembre de 2016 y enero de 2017 todo cambió, tomó el mando, firmó en marzo del año pasado a Alemany y luego a Marcelino, y luego se involucró en los fichajes en primera persona.

El pasado verano echó el resto con los fichajes de Guedes y Kondogbia que estaban claros y decididos, más los que sugirió la dirección deportiva con Pablo Longoria y Marcelino: Wass, Diakhaby, Piccini y Gameiro, pagando traspasos de hasta 45 millones de euros entre los 4. Los dos primeros costaron 65, con lo que la inversión se fue a más de 100. A eso hay que sumar las cesiones de Cheryshev y Batshuayi, peticiones del técnico asturiano. Después de todo, la situación deportiva es la que es, y Murthy tiene de nuevo al club en una especie de guerra civil sin sentido cuando no toca. Lim viene cabreado, con razón, y con casi todos, y va a leer muchas cartillas, por el bien del club.