Entre todos estamos muy cerca de cargarnos el Valencia del Centenario

Todos los que formamos parte del Valencia, de uno modo u otro, debemos estar a la altura de este, ahora y siempre, pero particularmente en este año del Centenario. Como diría mi amigo Santi Fernández, gran valencianista y pensador, esto de los 100 años no tiene mayor importancia, porque del pasado no se vive y siempre hay que mirar hacia delante, por eso añado estar a la altura de la institución. Y uno que “sólo” lleva 24 años contando las cosas que pasan por aquí, y viviéndolas desde que nació, más de 44, tiene claro que todo el mundo está en pie de guerra, que se está en una escalada de errores y horrores que no tiene control, y que como se siga así en el césped va a desembocar en otro de esos capítulos que protagonizamos todos, que luego nos sentimos avergonzados, y que por último nadie quiere saber nada de ellos.

El presidente no puede vivir en un mundo paralelo encabronando a todo el mundo. El entrenador no se puede empeñar en tener razón siempre y no ser responsable de un equipo diseñado por él. Los jugadores deben dar un paso adelante y no quedarse en el “estamos jodidos”, porque así estamos todos. La Curva no puede pedir que se levanten unas banderas si y otras no, porque tienen que defender sus derechos (y yo les apoyo), sin conculcar los de los demás. Mestalla debe tener el gatillo más lento a la hora de pitar al equipo que lo da todo sin premio. Los medios tenemos que echar agua y no fuego porque nuestros intereses estaban dormidos y ahora toca atacar en horas bajas. No, esto no va así, y la llave de arreglar las cosas la tiene uno que estaba en Mestalla: Peter Lim (y un buen ayudante, querido Peter, sería Mateo Alemany).