Marcelino, te la juegas, como todos en el club: se llama exigencia

No se trata de que su puesto esté en peligro, porque eso es algo inerente al mundo del fútbol, pero es que todos debemos sentir el hierro

Redactor Jefe | 23 NOV. 2018 | 00:01
Marcelino García Toral

Marcelino García Toral se la juega como entrenador del Valencia. Y eso no significa que su puesto esté en peligro en el partido contra el Rayo Vallecano, o en el próximo mes hasta el barón de Navidad, con el casi milagro de continuar en la Champions League o empezar a acortar distancias, en serio, con el cuarto clasificado en la Liga. El técnico asturiano se le juega porque esto es el Valencia, porque aquí hay presión por y para ganar, porque no se puede estar el que hace 15 en la jornada 12, y sólo haber ganado dos partidos ligueros y no haberlo hecho todavía en Mestalla. No, esto no es, no puede ser, una balsa de aceite de forma permanente, porque estamos en un de los clubes más grandes de España y de Europa, y aquí no se viene a estar tranquilo.

Nadie dice que Marcelino se esté tomando esto a broma, pero el tiempo de los discursos “buenistas” o paternalistas ya ha pasado. El tan cacareado “las victorias ya llegarán” no puede ser la bandera de este proyecto, y ya no porque sea el año del Centenario, que eso es accesorio, sino porque el futuro de la entidad, el año 101, el 102 y los que vengan, dependen de seguir estando en la Liga de Campeones. Nadie habla de un cese, entre otras cosas porque eso probablemente no solucionaría nada, sino de exigencia, de presión de la buena, de lo que debe ocurrir para que las cosas, de una vez por todas, empiecen a ir como todo el mundo quiere.