Análisis: los fichajes del Valencia eran buenos, la plantilla era buena

El Valencia tenía, justo una hora antes de empezar esta temporada, la mejor plantilla de su historia en potencia. O eso al menos pensábamos muchos, que no todos, viendo lo que se había conservado del curso anterior, la renovación de Marcelino García Toral, y los fichajes que se había hecho, tanto los traspasos en propiedad de cedidos como Guedes o Kondogbia, así como la llegada de futbolistas de la talla de Wass, Gameiro o Batshuayi. Se podía hablar de periodo de adaptación, de que algunos cogieran la forma, de un tiempo de ajustes, pero jamás de un grupo descompasado o débil, que tuviera muchas carencias o que no fuera capaz de acortar distancias con los más poderosos, tanto en España como en Europa. Y quien niegue eso, con todo el cariño y respeto del mundo, miente.

No se había ido nadie de los importantes, se habían invertido más de 100 millones de euros en fichajes, y se había confeccionado un plantel a la imagen y semejanza del entrenador milagro, con lo que nada podía salir mal. Pero esto es fútbol, esa variable que nunca se tiene en cuenta, que siempre se da por sabida, pero es la que al final decide todas estas cosas. No había una mala panificación ni tampoco un mal plan, simplemente no ha salido como todo el mundo esperaba, y lo positivo de todo es que se puede rectificar, primero mejorando las prestaciones de aquí al parón por Navidad, y segundo haciendo los cambios oportunos en el mercado de enero. Pero que nadie se tire del barco antes de tiempo, no sea cosa que luego toque nadar a toda velocidad.