Los 7 pecados del Valencia en Mestalla

El Valencia ya suma siete encuentros sin conocer la victoria ante su público, una racha absolutamente preocupante y que ha dejado al equipo en situación crítica

Jose Hernández | 06 NOV. 2018 | 07:50
Valencia CF

El Valencia perdió ante el Girona y de esta forma suma 7 partidos sin conocer la victoria en Mestalla entre liga y Champions, la situación es caótica y el equipo está obligado a vencer al Young Boys si no quiere decir adiós a la Champions de manera prematura. Analizamos los pecados cometidos por el conjunto de Marcelino.

Falta de gol y efectividad

El Valencia solo ha marcado 4 goles en su estadio en lo que llevamos de campaña. Cifras irrisorias y que ponen en el disparadero a los delanteros, con tan poca efectividad es imposible sumar triunfos.

Lentitud de Marcelino en sus decisiones

El técnico es muy previsible en los cambios y normalmente éstos llegan muy tarde. Marcelino no ha sabido cambiar el rumbo de encuentros en los que era obligado ganar.

Concentración y arrojo

No ha existido ni una cosa ni la otra por parte de la mayoría de futbolistas. Ante el Girona Kondogbia volvió a regalar un balón de oro que a la postre fue decisivo. Falta mayor determinación a la hora de buscar remontar resultados.

Ansiedad

Es la excusa más utilizada, pero tiene poco sentido sacarla a la luz en los encuentros jugados en casa. Pocas veces Mestalla ha estado tan entregado con los suyos sufriendo resultados tan lamentables.

Los líderes de la temporada pasada no aparecen

Rodrigo está a años luz de su mejor nivel y lo mismo se puede decir de Parejo. Kondogbia solo ha dado muestras de su calidad en contadas ocasiones y el equipo los echa de menos.

Equipo previsible y sin variantes

Marcelino sigue insistiendo en el 4-4-2 y los rivales tienen muy claro como hacer daño. El Valencia no explota las contras y los espacios como en la pasada campaña.

Decisiones arbitrales controvertidas

La gran mayoría de decisiones tomadas con la ayuda del VAR han perjudicado al equipo, sin embargo otras se han quedado en el candelero y se convirtieron en acciones dudosas que no tuvieron sanción, el último ejemplo fue el gol del Girona el pasado sábado. En cualquier caso los árbitros no son los responsables de la penosa situación.