Si el conformismo vuelve al Valencia, estamos perdidos

Si el conformismo, la falta de exigencia máxima, vuelve a instalarse en el Valencia como modo de vida, simplemente estamos perdidos. Y es que no se puede mandar un mensaje equivocado al entorno, no podemos ir como corderos diciendo que bueno, estamos mal pero ya mejoramos, que las victorias llegarán, y que esto son rachas. Una racha son 5 partidos, ó 6, pero ganar 1 de 11 es otra cosa, y eso lo debe tener claro todo el mundo. Y lo peor no es eso, porque es cierto que en varios encuentros se ha merecido más. Lo más preocupante es que el juego cada vez es peor, las sensaciones lo mismo, y no parece que de verdad haya una reacción seria, contundente, firme. Cuando un jugador del Valencia, además su capitán, dice que se ha hecho un buen partido con todo el mundo cabreado, es que hay algo que falla.

Y no se trata de personificar todo lo malo en Dani Parejo, que al final el de Coslada parece el toro que mató a Manolote, y eso tampoco es así, pero desde luego debe ser uno de los que tire del carro y marque la pauta. Si este grupo no se pide y se exige todo, el máximo, estamos condenados a un fracaso brutal, y eso jamás se puede permitir, más aun en pleno año del Centenario, que para todos tiene un carga especial. Si todos pedimos más, hay que dar mucho más, y eso pasa por ser críticos con nosotros mismos, buscar la excelencia, y si no se consigue, no poner buena cara pensando que ya llegará un día de estos. Que somos el Valencia, no un equipo de barrio.