Marcelino, el Valencia tiene un problema, y grave

El Valencia está en medio de una grave crisis, la más dura en año y medio, incluso peor que en otro tiempo, porque el nivel de la plantilla actual no tiene nada que ver con el que había con Pako Ayestarán o Gary Neville, por muy justos que fueran ambos técnicos. El club ha hecho un esfuerzo titánico para no vender a nadie básico para el técnico asturiano, le ha traído lo que ha pedido en todas las partes del campo, y se han confirmado los fichajes de jugadores cedidos que fueron la bandera del equipo el curso pasado. Bajas formas, pretemporadas mal hechas, sobre pesos, faltas de adaptación… el catálogo de excusas, más o menos justificadas, es extenso, pero llegando al final del mes de octubre, empiezan a estar agotadas. Porque la cosa se está poniendo negra, muy negra.

Y es que los equipos parecen haber cogido el punto al Valencia de una forma sencilla, sin demasiadas complicaciones, con un juego simple pero efectivo. La baja forma de Parejo mata el ritmo, la ausencia de los bandas en muchos partidos no genera profundidad, y el nulo acierto de los delanteros, más los fallos puntuales atrás, están condenando a un equipo que se ve impotente ante lo que le pasa, sin entenderlo tampoco demasiado. Las alarmas están encendidas, ahora más fuerte que nunca, y está claro que algo hay que hacer. Marcelino está pasando por su peor momento como técnico valencianista, y esto no entraba en los planes de nadie a estas alturas.