El problema del Valencia no es el gol, sino llegar al marco contrario

Tres goles en cuatro partidos, dos sin ver portería contraria, y con un solo tanto marcado por el elenco de delanteros del equipo

Redactor Jefe | 18 SEPT. 2018 | 00:01
Rodrigo Moreno

El problema del Valencia de Marcelino no es el gol, su escasez para ser más exactos, que también, sino que no se llega mucho menos que el año pasado, porque no se genera fútbol, y eso redunda, como no puede ser de otra manera, en que hagas mucho menos peligro al rival. El curso pasado se aludía a que entre Zaza, Rodrigo y Mina no iban a ser capaces de hacer los tantos necesarios para llevar al equipo a la Champions League. El recuento final arrojó unos registros que nadie (o casi) esperaba, con los 3 por encima de 10 tantos cada uno, para un total de 41 dianas. ¿La razón? Que el equipo tenía el peso de los partidos, que generaba mucho de cara al marco contrario, que se pisaba mucho el área rival y se vivía mucho tiempo en campo contrario. Y todo eso es lo que no está pasando esta temporada, al menos de momento, y lo que explica, al menos en parte, que con (en teoría) mejores delanteros, se lleven menos goles.

¿Y cuál es la solución? Tampoco esto es un problema de geometría que se resuelve con fórmulas matemáticas, sino que es un compendio de muchos y diversos factores. Parejo debe crecer en este equipo, porque por él pasa el fútbol, y las bandas deben ser el origen de todos los problemas defensivos de los equipos contrarios, que ahora mismo no tienen demasiados problemas para frenar al Valencia por ahí. Que el balón viva más tiempo en el campo contrario ayudará, que esté muchos minutos en el área rival, lo mismo, y cuando eso empiece a suceder, si de verdad los delanteros son mejores que el curso anterior, se verá la verdadera diferencia.