Cada vez que se cuestione a Dani Parejo en el Valencia, chupito

Cada vez que se cuestione a Dani Parejo en el Valencia, chupito. Así, sin anestesia, porque el hecho de que a estas alturas aún no sepamos quién es y cómo es resulta cansino. El de Coslada lleva aquí desde 2011, es uno de los 40 jugadores con más partidos de Liga en la historia de la entidad, sabemos perfectamente qué puede y qué no puede hacer, y que aunque puede ser mucho mejor de lo que es en muchas fases de los partidos y de cada curso (si hubiera hecho siempre quizá no habría salido del Madrid nunca), está claro que es el faro de este equipo y que cuenta con la total confianza de Marcelino, lo que no implica que pueda tener momentos mejores y peores, y ser brillante al mismo tiempo que falló. Porque eso es Dani Parejo desde que llegó a Valencia.

Nadie le va a cambiar la forma de jugar, porque a estas alturas eso ya no varía, pero está claro que sí hay algo que se puede hacer, y es mirar con calma el tema de su renovación de contrato. Incluso si apuramos y queremos hilar más fino todavía, analizar con calma una oferta real de venta del jugador. Eso son escenarios plausibles, que si se dieran, especialmente el segundo, se pueden estudiar, y se deben estudiar. Pero ponernos a discutir a estas alturas de la película sobre la figura de Parejo y si forma de jugar no tiene sentido, no hay por donde cogerlo, y eso lo deberíamos saber todos.