José Luis Gayà o cómo negar el pan y a la sal al fútbol

Da igual lo que haga, al nivel que esté, si es titular con unos y con otros, siempre hay peros que ponerle, siempre hay mucho más que pedirle

Redactor Jefe | 23 AGO. 2018 | 07:01
Paulista con Gayà y Griezmann

José Luis Gayà ha cometido varios pecados capitales desde que está en el Valencia. Jugó en el Mestalla a un nivel extraordinario, para convertirse en el lateral zurdo titular del equipo con apenas 20 años, hacer un año para enmascarar, despertar el interés de los mejores clubes de Europa y renovar su contrato el verano de 2015. Y por supuesto, tuvo la osadía de lesionarse el curso siguiente, justo después de tener su nuevo contrato, y fue debido a ello, no a que tuviera 21 años y su cuerpo sufriera los rigores del cambio al fútbol profesional, eso son zarandajas. Los “pone sambenitos” ya le habían bautizado diciendo que era de cristal, que se perdía muchos encuentros, cuando eso realmente es una gran mentira, pero qué más da…

De los 153 duelos ligueros que ha jugado el Valencia desde 2014, Gayà ha disputado 116, el 76% de los mismos, pero “siempre” está lesionado. Cuando más jugado, temporadas 14/15 y 17/18, el equipo ha hecho Champions League, que alguno aún se atreverá a decir que fue “a pesar suyo”, y cuando con todo eso no haya bastante, porque encima el chico ha vuelto a renovar y no ha querido marcharse a ningún otro club, diremos que no tiene nivel de lateral top, que no defiende, que no es agresivo, que no hace daño en ataque… y que juega en este equipo porque es sobrino de Marcelino. Sigamos negando el pan y la sal… porque eso, con los de casa, siempre resulta más fácil.