Quiero un Valencia desagradable, que dé asco, que aburra, que gane

Cuando después de un partido te dicen “enhorabuena, sois un gran equipo, jugáis muy bien”, suele ser sinónimo de haber perdido. Y eso, o muy parecido, le ha pasado al Valencia en más de una ocasión este año, la última el pasado sábado contra el Barcelona del todopoderoso Messi y compañía en el Nou Camp. Se hizo un buen encuentro, especialmente en la primera parte, pero no se tuvo puntería y se perdió. Ante situaciones así, siempre prefiero que al acabar el partido me digan “qué asco dais, no jugáis a nada, sólo dais patadas y encima os lleváis el partido”. No haría migas con los parabólicos, con aquellos que buscan la excelencia del fútbol cuando no juega su equipo. Hay que ser competitivos, que hay que ser saber competir, y una vez superadas esas dos fases, algo que el Valencia de Marcelino García Toral ha conseguido este curso, lo que toca es ganar, y algunas veces, a algunos equipos, sólo puedes vencerles de ese modo. Teniendo pocas, perdonando nada, mordiendo siempre.

No es una fórmula nueva en estos lares, que quiero recordar que con Ranieri, Súper y Benítez la cantinela era “qué asco da el Valencia”, y fueron 2 Ligas, 1 Copa del Rey, 1 Copa de la UEFA y una Súper Copa de Europa, además de 2 finales jugadas, y perdidas, de la Champions League. No comparo, que eso es absurdo, digo lo que quiero partiendo de lo que tengo. Son fases que hay que cubrir, que hay que pasar, y este equipo las está pasando. He visto algunas dudas o exceso de exigencia después de lo del Nou Camp. Con respeto, injusto y sin sentido. Ahora tocar hacer Champions y pasar a la siguiente pantalla, que lo tenemos en la mano.