El entorno del Valencia, la exigencia y el sentido común

Ganar sirve para muchas cosas, pero todo debe acompañar, porque en caso contrario sólo es cuestión de tiempo volver a perder y seguir en guerra

Toni Hernández | 13 ABR. 2018 | 00:01

El entorno del Valencia, la exigencia y el sentido común, 3 cuestiones que deben ir cogidas de la mano, que se deben llevar bien, y ahora que todo está claro que apunta a éxito de temporada, mucho más aún. Por una parte, nadie debe estar pensando e sacar ningún autobús para celebrar el que se quede segundo, tercero o cuarto, porque eso sería ensuciar miserablemente la historia del club, pero que tampoco venga nadie a hacer de menos la clasificación final al grito de “somos el Valencia y es lo que debemos tener siempre”. Ambas posturas serían absurdas, no tendrían sentido y el ventajoso hipócrita sería el eje dominante en las dos. Se ha conseguido volver a la Champions League cuando nadie lo esperaba en agosto, y ante tal regalo sólo cabe ser agradecido, y sobre todo, inteligente.

El entorno debe adaptar su exigencia al momento, al contexto, a la realidad que vive el Valencia en este preciso instante. Nadie pedía a grito pelado la Champions en verano, más bien se pedían otras cosas de esa forma, y unos meses después se exigía al equipo ganar la Liga ante la estupefacción de Marcelino, al que se le criticó por ello, quiero recordar. Ahora debemos ser muy conscientes del momento que va a vivir el club, y se debe exigir más que este año, pero con los pies en el suelo. Se debe pedir pelear con los mejores, estar con ellos, que no te saquen puntos por castigo o no tengas opciones de eliminarlos a doble partido. Y ahí está el incómodo límite peligroso, porque pasar en ese momento a la euforia desmedida y pensar que derrotarlo es fácil y accesible sería un gran error.