Un respeto al Valencia de Marcelino, un aplauso y la Champions League

El objetivo, que ha pasado de utópico a real como la vida misma, está en la mano, y en eso creían muy pocos hace apenas 10 meses

Toni Hernández | 17 MAR. 2018 | 22:07

El Valencia estará en la próxima edición de la Champions League, volverá a jugar con los mejores de Europa, de nuevo será uno de los 32 más grandes del continente. Sólo una vez desde 2012, es decir, en la historia reciente no podemos decir que somos unos habituales de esto, porque no sería verdad. Y eso, me digan lo que me digan, era algo que (casi) nadie contaba con ver este curso allá por el mes de julio. Este grupo, con su entrenador a la cabeza, sólo ha tenido de su parte un par de cosas, pero que son la base de todo: fe en sí mismos y el apoyo incondicional de la grada de Mestalla. Esos dos factores han ido cogidos de la mano, en los bueno y en los malos momentos, que los ha habido y mucho, y de esa solidez ha venido todo lo demás.

El partido contra el Alavés, especialmente la primera parte, es el resumen de este equipo. No logras destacar a nadie, porque todos están tan bien que es imposible. Son eso, un EQUIPO, sin fisuras, trabajado, con automatismos de grande, como si llevaran toda la vida haciendo lo que hacen, y apenas si son 10 meses. Hay que estar contentos, orgullosos, satisfechos. Nada de sacar el autobús descapotable, que no se ha ganado nada, pero cuando se ha jugado una vez en la Champions en 6 años, y se tiene que estar en ella por muchas cosas, si se ha conseguido armar un equipo en menos de un año, si se ha dado con la tecla, toca ver caras de alegría, porque lo contrario sería estúpido.